Desde la luna de Oonderon

Hola a todos, amantes de lo extraño!!!
Aquí me teneis de nuevo desvariando como siempre, pero deleitandoos con mis pequeñas locuras... y aunque seais pocos quienes lo disfrutais merece mucho la pena escribirlas ^^ es algo que de verdad me encanta.
Sé que he tardado mucho en escribir de nuevo, pero entre mis asuntos y que estoy viviendo un sueño despierto gracias a cierta forastera... jejeje en fin, todo en su momento pájar@s xDD
Asi pues ahi os dejo la "perlada" de hoy XD
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Desde el lugar en el que me encuentro en estos momentos, la luna de Oonderon, mi hogar secreto, vuelvo a escribiros de nuevo.
Puedo divisar entre la negrura del cielo infinito millones de estrellas que brillan esperando ser admiradas, algunas brillan con más fuerza que otras, y Ninguna con una fuerza más intensa y especial que me incita a centrar mi atención; pero todas ellas no puede brillar en la lejanía sin la oscuridad que las envuelve. Ni siquiera mi propia luz brillaría a lo lejos sin ella. Pues esa es su grandeza, y esas tinieblas son las que definen la luz de todas esas estrellas y la mia propia.
Pero volviendo a poner la vista en la luna de Oonderon veo a Do Su Ne, impaciente por comuni carse con vosotros, asi pues le cedo la palabra para que realice su Voluntad.

Saludos de nuevo amigos de la luz estelar que se cierne, enfrente mio, en estos momentos se encuentra una criatura realmente única dentro de la fauna y habitantes de esta luna, los autóctonos la llamamos La Gran Bestia. Se encuentra justo enfrente mio, mirandome fijamente a los ojos con una expresión muy compleja. Sólo el hecho de mirarla me contagia con su fuerza y su ferocidad, ahora calmada. Es una mirada muy clara al mismo tiempo que compleja. La Gran Bestia tiene una fuerza que ni siquiera yo alcanzo a comprender, es de una ferocidad contenida bajo la Voluntad, no tiene necesidad de ser agresivo, pero sabe defenderse con toda su furia cuando es necesario. Realmente ahora pienso que nunca se quiso comportar así, pero es su naturaleza y eso es algo contra lo que no es muy inteligente luchar. Toda esta furia calmada se asemeja a un estanque dentro de un volcán en erupción, durante esa erupción, el estanque permanece inmovil y ni siquiera sus aguas sufren las mas ligera alteración, pero tanto el agua como el fuego del volcán pertenecen a esa montaña. Asi es La Gran Bestia, y de alguna forma se que es un reflejo de mi mismo.

A pesar de todo lo demás que cuenta su mirada, me centro en observar su pelaje y su estructura. Es grande y poderoso, su cabeza se asemeja a la de un lobo enorme con tonos que van de entre el negro hasta el blanco y su estructura corporal es similar a la de un humano enorme con las articulaciones muy marcadas y desarrolladas. Todo su cuerpo esta lleno de pelaje también, en su sencillez reside su fuerza. Pero no puedo evitar fijarme en todas esas heridas que tiene... se ven cicatrizadas, pero cuando intento pasar mi mano por ellas para curarlas, La Gran Bestia emite un gruñido y me mira desde la altura inquisidora de su posición, emplazandome a estarme quieto. Acerca una de sus garras cerca de su cráneo, como señalando y con un gesto q se asemeja a una sonrisa se da tres golpes y mirada se vuelve más complice conmigo...
Creo que desde este momento le empiezo a comprender un poco mejor...

Antes de que yo llegara a esta luna, sus habitantes intentaron aplacarla en múltiples ocasiones, y La Gran Bestia luchaba ferozmente por salir. Finalmente siempre era aplacada y todo volvia a la calma... aparentemente...
Cuando yo llegué, tenía lugar una encarnizada guerra civil que produjo un número significativo de víctimas, la destrucción era evidente. La Gran Bestia también participo en esa guerra y nuevamente fue expulsada a lo mas profundo y olvidado de este lugar.

Ni siquiera hoy por hoy, nadie sabe porque empezó esa guerra, ni las anteriores, o para ser más exactos, no se sabe cual fue el punto de inflexión real que hizo que empezara. La Gran Bestia siempre estaba al acecho pero eso no tubo nada que ver, sólo quería reclamar su derecho, su lugar. Eso es algo que ni siquiera yo supe ver. Mis cohetáneos hablaban amenudo de una fuerza salvadora que llegaría para aplacarla y solucionaría el problema, pero en realidad muchas de esas guerras que aquí se sucedieron fueron a causa del fracaso de "esas fuerzas" que llegaban, aparentemente, porque cómo dije antes, no se sabe realmente porque empezaron. Tardé mucho en convencerles de que esa fuerza no llegaría si no nacia de ellos mismos y no liberaban a la bestia.

Al conseguirlo La Gran Bestia no reaccionó como yo esperaba es cierto, por un lado fue una agradable sopresa, pero finalmente conseguí calmarla sin darme cuenta de mi error. Pues a pesar de ser libre, mirarle a los ojos era cómo caer en el más profundo vacio.
Y es algo que hasta que no posó sus hermosos pies la secreta llama alígera no alcance a comprender. Algo inexperado e inaudito ocurrió en esa ocasión, y he de reconocer que fui el primero en intentar ocultarlo, incluso negarlo, hasta que me dí cuenta de que estaba actuando exactamente igual como los habitantes de Oonderon con La Gran Bestia y preferí dejar que todo se desarrollaran de manera natural como anteriormente hice.

Desde que llegó, el choque de su mundo con el nuestro, no sólo ha influenciado a La Gran Bestia, yo también (y por lo tanto todos los demás) hemos sido gratamente contagiados.
Sin embargo con La Gran Bestia el cambio fue notable, ese vacío que antes se veía en sus ojos se perdió o mas bien, mutó convirtiendose en puro fuego, pues ahora el brillo de sus ojos lo demuestra.
Sólo la secreta llama alígera supo llegar lo suficientemente cerca de La Gran Bestia como para hacerla salir del vacio, y reconozco que eso es aún un misterio para mi....

Y me temo que hoy por hoy lo será para vosotros también pues hasta aquí llega esta revelación de hoy, estar atentos, en otra ocasión os contaré más, pues mi intuición me dice que las sorpresas no han hecho mas que empezar.

Nuevamente, como la brisa repentina, Do Su Ne viaja al país del silencio... Y cómo la brisa inexperada volverá a hablaros, muy pronto...

Do
Su
Ne